Un joven murió durante un incendio en una iglesia adventista en la localidad bonaerense de Ingeniero White, Argentina, a la que presuntamente había ingresado a robar.
Lo curioso, o el milagro, según como se lo quiera ver, es que la Biblia quedó intacta y no sufrió ningún deterioro por causa del fuego.
Todo comenzó cuando personal policial y de Bomberos fue alertado por un incendio en un inmueble situado en Cárrega al 3400, en dicha localidad portuaria, a unos 8 kilómetros del centro de Bahía Blanca.
Fuentes policiales indicaron que en ese lugar funcionan una vivienda particular y también una iglesia adventista, donde, tras sofocar el fuego se halló a un joven muerto detrás de la puerta principal.
De acuerdo con los pesquisas, el fallecido fue identificado como Ramón Arce de 25 años, quien se cree había ingresado a robar al inmueble junto con otras dos personas.
Poco después, los policías detuvieron a pocos metros de la iglesia a un sospechoso que corría por la calle y que había arrojado una garrafa de 10 kilogramos, así como también tirantes de madera, presuntamente robados del templo.
«Se está tratando de establecer cómo murió el joven en el lugar a través de la autopsia que se realizará en las próximas horas», explicó un vocero.
El hecho es investigado por el fiscal en turno bahiense en el marco de la causa caratulada como «averiguación causales de muerte y hurto». Las pérdidas en el lugar fueron totales, aunque se salvaron algunas biblias y material didáctico.
Como dijimos, si bien las pérdidas fueron casi totales, milagrosamente una Biblia quedó intacta arriba de un atril, imagen que impactó a los servidores públicos que trabajaron en el lugar. En medio de las cenizas, la Biblia estaba intacta.
Uno de los trabajadores que estuvo en el lugar manifestó que «de la Biblia solamente se quemó la tapa. A pesar que las hojas son finitas no se quemó nada. Ni eso ni otras cajas que tenían más biblias y más material didáctico».
«Es increíble cómo se quemó todo en la sala principal pero esto no. Se quemó todo menos la palabra del Señor», sentenció con asombro.


