Por: Martín González

El 5 de julio del año 2021, Fermín Eduardo Arévalo Rivas fue visto de manera sospechosa por agentes policiales que patrullaban el pasaje Petén de San Bartolo, en la jurisdicción de Ilopango, San Salvador; Fermín intentó huir, pero fue detenido en flagrancia a las 12:25 del mediodía.

Al revisarlo, los agentes descubrieron que transportaba al interior de una mochila una granada de uso exclusivo de la Fuerza Armada, tres cartuchos para ametralladora, 13 cartuchos para pistola calibre 45 milímetros y dos cargadores para pistola calibre 45 milímetros.

Por el hallazgo en la mochila, se coordinó con Inspección Ocular y la División de Armas y Explosivos para que realizaran las diligencias necesarias.

Un perito técnico explicó, en la vista pública, que a pesar de que la granada no tenía el iniciador ni la carga propulsora, ésta podía funcionar con un detonador porque tenía en buen funcionamiento la carga explosiva (TNT)

Además, agregó que ese tipo de granadas era de uso exclusivo de la Fuerza Armada y las utilizan para las prácticas o entrenamientos.

El sujeto fue procesado judicialmente en el Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador, que después de valorar las pruebas presentadas por el ministerio público, lo condenó a 10 años de prisión. Según el juez, Fermín Eduardo Arévalo Rivas, con una sola acción cometió dos delitos: el de tráfico ilícito de armas de fuego y el de tenencia, portación o conducción de armas de guerra.

Fuente: Centros Judiciales de El Salvador

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San Salvador, El Salvador

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