Antes de su muerte, en 2009, el cuerpo del cantante estadounidense Michael Jackson daba cuenta de su estado de salud. No solo estaba devastado por las cirugías estéticas que se realizó, sino que su organismo estaba vulnerado por el consumo de grandes cantidades de fármacos. Sin embargo, el informe de autopsia que se le practicó al artista tras su repentino fallecimiento profundiza las dolencias de Jackson, que dejó este mundo a los 50 años debido a un paro cardíaco por una sobredosis de propofol.
Los primeros datos se conocieron en febrero pasado. Entonces, The Sun reveló que el cantante tenía pastillas parcialmente disueltas en el estómago y sobrevivía con solo una pequeña comida al día. Su cadera, muslos y hombros estaban cubiertos de marcas de pinchazos de las inyecciones de analgésicos que recibía a diario de su médico personal, Conrad Murray, quien fue declarado culpable de homicidio involuntario por administrar incorrectamente la droga que condujo a la muerte del artista.
Además, según el medio británico, los labios del “rey del pop” habían sido tatuados de color rosa mientras que sus cejas eran tatuajes negros y la parte delantera de su cuero cabelludo también había sido tatuado de negro para combinar con el color oscuro de su cabello.
Sus rodillas estaban misteriosamente magulladas y tenía cortes en la espalda. Pero lo más inquietante que se descubrió fue que su cabello ondulado, hasta los hombros, era una peluca pegada a su cabeza, ya que era calvo.
Se cree que Jackson comenzó a usar peluca tras sufrir quemaduras de segundo y tercer grado durante la filmación de un comercial de Pepsi en 1984. El rodaje en el Auditorio Shrine de Los Ángeles le exigió que bajara un corto tramo por unas escaleras mientras se lanzaban fuegos artificiales a su alrededor. Pero un problema técnico durante una toma provocó chispas que impactaron en el rostro de Jackson, quien terminó con varias heridas.
Ahora The Mirror, reveló que la autopsia también confirmó la verdad detrás de años de especulación sobre el cambio de color de la piel de Jackson. Siempre insistió en que el cambio en su apariencia a lo largo de los años se debía a la condición de la piel vitilago, que causa parches de pérdida de pigmentación.
Christopher Rogers, el médico que supervisó la autopsia, señaló que Jackson efectivamente sufría de vitiligo, añadiendo: «Por lo tanto, algunas áreas de la piel parecen claras y otras oscuras.»
La autopsia también mostró que había habido una lucha desesperada por salvar a Jackson después de que fuera encontrado inconsciente en su casa. Los hematomas en el pecho y las costillas rotas se debieron a los intentos de resucitación por parte de los paramédicos que trataron de revivirlo antes de que fuera declarado muerto.
The Mirror también detalló uno de los más perturbadores hallazgos en el cuerpo del cantante: el deplorable estado de sus pies. Estaban llenos de hongos, callos y lastimaduras. “Parecían podridos”, aseguró el periódico.
Es que el artista sentía vergüenza de sus pies. Nunca los dejaba al descubierto y tampoco dejaba que nadie lo tratara. El hecho de que siempre usara calcetines, incluso en su vida privada, le fue causando unos callos muy dolorosos y una infección por hongos tan severa que parecía que su piel se estaba pudriendo. (Infobae)