El escandaloso hecho sucedió en una tienda de IKEA, ubicada en el centro comercial Park Lane de Hong Kong, en China.
Un cliente filmó el momento en que un video de contenido prohibido se reprodujo en la pantalla gigante del local durante tres minutos ante la mirada de las familias, entre las que había menores de edad.
En las imágenes, que se proyectaron en la pantalla por obra de un pirata informático, según informó un vocero de la sucursal, se observa a un hombre de rasgos asiáticos que se da placer con sus propias manos.
En ese país, la producción, difusión o venta de material con ese tipo de contenido son penadas con fuertes sanciones e, incluso, cadena perpetua porque eso está prohibida por el derecho penal de China.