A plena luz del día, tres sujetos atracaron a cara descubierta una sucursal bancaria en la ciudad de Fernando de la Mora (Gran Asunción, Paraguay) el jueves por la tarde. Tras el golpe, los bandidos abordaron un vehículo que los esperaba y en la huida fueron interceptados por policías: una cámara de seguridad captó el momento en el que uno de los oficiales le quitó la vida a su compañero de patrulla.
Eran aproximadamente las 13:00 cuando tres hombres, uno vestido de traje, otro de mecánico y el tercero de enfermero, ingresaron al local bancario situado dentro de un concurrido supermercado, simulando ser clientes. Luego de reducir a los guardias de seguridad, en cuestión de minutos los delincuentes se alzaron con una caja que contenía 100.000.000 de guaraníes ($ 17 mil).
Después salieron rápidamente y abordaron un automóvil que los esperaba en la calle con el motor encendido y dos personas más adentro.
Pero la fuga fue muy corta ya que apenas unos metros después, un grupo de policías del Grupo Especializado de Operaciones (GEO) salió al paso y detuvo el vehículo. Los ladrones intentaron repeler a los uniformados respondiendo también con fuego, pero al verse superados en cantidad no les quedó otra más que rendirse ante los del GEO, que tuvo el apoyo de otro grupo de policías vestidos de civil y que al parecer seguía los pasos de los delincuentes ya que se encontraba en otro vehículo estacionado detrás del auto de los maleantes.
Hasta allí el hecho no pasaba de ser un caso más de un frustrado robo a un banco de no haber sido por las imágenes captadas por una de las cámaras que da a la calle del circuito cerrado del banco que permitió descubrir un extraño incidente en medio de la refriega entre policías y ladrones.
En efecto, en el video se observa claramente cuando, del grupo de policías de civil que apoya el operativo, uno de los agentes, el comisario Julio Cabañas, Jefe de la Brigada de Inteligencia de Central, en vez de mantener el fuego contra los malhechores, se da la vuelta y tira a quema ropa en contra de su compañero, el subcomisario Aristídes Peralta Villasboa, quien venía detrás y ya había caído en la vereda, supuestamente de un delincuente.