El papa Francisco aceptó durante su llegada este sábado a Dublín, en Irlanda, el fracaso de la Iglesia en enfrentar de una manera adecuada lo que el mismo sumo pontífice denominó como “crímenes repugnantes de los abusos” a menores.
El santo padre aprovechó para pedir un esfuerzo de adoptar normas más rígidas para que este tipo de hechos por parte de sacerdotes no vuelvan a ocurrir.
Irlanda será este fin de semana la sede del Encuentro Mundial de las Familias, donde cientos de católicos de todo el mundo han llegado para escuchar el mensaje de Francisco para lo que se conoce como «la base de la sociedad», es decir, las familias.
“No puedo dejar de reconocer el gravé escándalo causado en Irlanda por los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia encargados de protegerlos y educarlos”, señaló el papa en su discurso de llegada.
El líder católico dijo que este tipo de hechos llenan de vergüenza a la Iglesia y manifestó que seguirán luchando para erradicar este tipo de acciones.