Por: Redacción El Blog

Con calificativos de «débiles e insignificantes a la historia» se refirió el sacerdote jesuita José María Tojeira hacia quienes cometieron el acto de quitarle la vida de Monseñor Óscar Arnulfo Romero.

Estas palabras fueron dichas por el religioso en el momento en que realizaba una misa poco antes de la canonización del salvadoreño en el Vaticano, en Roma, Italia.

Dicho servicio para miles de asistentes fue ofrecido frente a la Catedral Metropolitana de San Salvador, durante la noche del sábado. En la plaza Barrios, se congregó una multitud para escuchar las palabras de Tojeira y elevar cantos por el primer santo salvadoreño.

Sin embargo, la misa tuvo un toque peculiar, al estilo de Romero, con crítica para grupos de la sociedad. Tojeira se refirió a quienes integraron el escuadrón que quitó la vida a Romero de manera contundente.

Aseguró que lo cometido por estos hombres, lejos de silenciar la voz del líder religioso, lo convertía en un mártir, cuyas palabras resuenan hoy en día.

El «odio que había» en esos hombres llevó a que unieran su sangre «a la sangre derramada por Jesús», expresó durante la misa.

También dejó en claro que a pesar de que se esté llamando constantemente al perdón, eso no significa que se debe dejar a un lado la justicia, por lo que quienes planearon el hecho y quienes atentaron contra monseñor deben pagar por sus actos.

«San Romero es motor y guía de nuestra esperanza… tenía la valentía y el coraje de un profeta» sostuvo Tojeira.

En su honor, dio continuidad a las exigencias del derecho a la salud, al trabajo, a la educación y la vivienda de todos los y las salvadoreñas.

Quien fuera arzobispo de San Salvador de febrero de 1977 hasta marzo de 1980 perdió la vida a manos de un escuadrón liderado por el fundador de ARENA, Roberto d’Aubuisson, quien se convierte en el autor intelectual, según un informe de la Comisión de la Verdad.

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San Salvador, El Salvador

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