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Dos mujeres en estado de ebriedad solicitaron el servicio de transporte a través de la plataforma UBER; las dos jóvenes venían de celebrar con otras amistades en un popular Bar de San Salvador y deseaban moverse a la casa de una de ellas en la colonia Miralvalle.
Según cuenta Carlos el conductor de la unidad, la noche del viernes recibió la notificación para realizar un viaje alrededor de las 12:30. Como es normal el hombre aceptó y se dirigió hasta donde se encontraban las dos mujeres.
Cuando Carlos las ubicó manifiesta que no parecían tan ebrias; sin embargo, al subirse al vehículo inmediatamente se percató del estado en el que se encontraban las muchachas.
No obstante, procedió a conducirlas hacia donde lo pidieron, a la colonia Miralvalle, en las cercanías del bulevar Constitución.
Según el conductor, en el camino comenzó a notar que una de las dos mujeres se estaba poniendo muy mal, al punto que vomitó y causó un completo desastre al interior de la unidad.
Inmediatamente Carlos paró el vehículo para evitar que la mujer le siguiera dañando los asientos. “Le pedí que se bajara, pero estaba tan bola que ni me entendió”.
Como ya estaban cerca del punto adonde se conducían Carlos terminó la carrera y al llegar le indicó a la otra mujer el monto a pagar por el viaje más los daños que ocasionaron.
Como era de esperarse las mujeres se opusieron rotundamente a pagar el dinero adicional. Carlos les explico que UBER cobra si los pasajeros ocasionan daños a los vehículos o a sus conductores.
Pero las mujeres estaban tan borrachas que no entendieron. El escandalo fue tal que algunos vecinos se percataron de lo que estaba sucediendo y salieron a observar.
“Mejor así que quede” le dijo el conductor a las mujeres y se retiró del lugar para evitar mayores inconvenientes; sin embargo, asegura que esa noche salió perjudicado debido a que ya no pudo continuar laborando.
“Quien se va subir al carro con tremendo hedor” aseguró. Al día siguiente, tempranito por la mañana partió directo hasta un Car Wash para que le hicieran una limpieza profunda a su vehículo pero siguió sin poder trabajar.
