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Foto: Cortesía
Una mujer que trabaja de Uber fue contratada para levar a una mujer de la tercera edad a un asilo.
Mientras llevaba a la señora, la conductora no soportó y paró la marcha de su vehículo para charlar con la mujer de la tercera edad quien no quería ir al asilo, y le suplicaba que la llevara de vuelta a su hogar.
La mujer de la tercera edad le suplica a su hijo que no le mande al asilo, y que ella no lo molestará más con sus dolencias.
La conductora no resiste escuchar las súplicas de la mujer de la tercera edad y rompe en llanto.