El titular del Ministerio de Trabajo, Rolando Castro, compartió a través de sus redes sociales “un pequeño análisis de un año de Gobierno del presidente Bukele” destacando el actuar del Ejecutivo en esta pandemia generada por el coronavirus COVID-19, una enfermedad que tiene en vilo al mundo entero.
Castro destacó, entre otros aspectos, que a los nueve meses de estar en el Gobierno atacó una “pandemia de enormes proporciones, que logra poner de rodillas a las grandes potencias y al mundo entero, algo sin precedentes en la historia de los últimos 100 años”.
De acuerdo con Castro, “en la coyuntura actual, todos hemos visto cómo ha salido el mercado a defenderse de la forma más feroz e implacable que puede ser”, un camino que ha llevado a concentrar sus ataques contra el presidente Bukele por optar por defender la vida antes que la economía.
Pese a todo, Castro resaltó la entereza de este Gobierno para hacer cambios que la gente necesitaba “rescatando al Estado que estuvo secuestrado por tantas décadas” por ARENA y el FMLN.
Les compartimos el texto íntegro que publicó el ministro de Trabajo:
Hace exactamente un año el Presidente Nayib Bukele nos estaba juramentando, para iniciar un gobierno que era producto de la decisión popular de un pueblo que derrotó en las urnas a las dos grandes maquinarias electorales, representadas por Arena y FMLN.
Un gobierno que debería ser diferente al impuesto por estos dos “partidos políticos” que mantuvieron el poder y control del estado por más de 30 años. Iniciamos con propuestas de proyectos estratégicos: la transformación ordenada de un sistema de salud, la modernización del sistema educativo, la generación de certidumbre jurídica al sector productivo, la generación de condiciones para la creación de empleos decentes que impulsen el dinamismo económico nacional y tantas apuestas más; pero fundamentalmente la reivindicación del Estado a favor de un pueblo que ha estado relegado por los intereses particulares.
Sin embargo, a los 9 meses de estar en el gobierno, ataca una Pandemia de enormes proporciones, que logra poner de rodillas a las grandes potencias y al mundo entero, algo sin precedentes en la historia de los últimos 100 años.
Esa variable que nunca estuvo en la mente de nadie, no solo logró retrasar la proyección estratégica del gobierno, sino al contrario armó una contracción en todos los planes. Pasamos de una visión de futuro y progreso a una de contención sanitaria, que volcó a todo un aparato de gobierno en la lucha por la salud y la vida de nuestro pueblo.
Ante esto, encontramos “dos componentes” importantes y determinantes en las sociedades: el Estado y el Mercado. La Pandemia del Covid-19 lo sacó a la luz pública y puso a prueba a todos los gobernantes del mundo; se tenía que tomar la decisión sobre ¿qué es lo debía privar más?, ¿La economía o la vida?. En El Salvador el Presidente Nayib Bukele privilegió la vida.
Durante 30 años consecutivos en El Salvador, el Estado siempre estuvo a disposición de los intereses del mercado. En la coyuntura actual, todos hemos visto cómo ha salido el mercado a defenderse de la forma más feroz e implacable que puede ser, utilizando todo tipo de herramientas, es más, utilizando “humildes” trabajadores, llámese, abogados, analistas, periodistas, intelectuales, quienes incluso venden su fuerza de trabajo a muy bajo precio.
Y han encontrado solo una ruta en su camino para buscar deslegitimar al gobierno; esta es la de tildar al Presidente, que optó por defender la vida de su pueblo, de dictador qué vulnera las leyes de nuestro país. Ante esto, les recuerdo que ha sido la administración del Presidente Bukele la que ha hecho prevalecer lo que establece la Constitución de la República, en el Art. 102: “se garantiza la libertad económica, en lo que no se oponga al interés social» y en el Art. 246: “La Constitución prevalecerá sobre todas las leyes y reglamentos. El interés público tiene primacía sobre el interés privado».
El Presidente (y su Gobierno) está, no solo respetando la Constitución de la República, sino aún más, cumpliéndola y haciéndola cumplir. A un año de gobierno, adeudamos la ejecución de los planes estratégicos antes enunciados, que son la corrección de los mismos problemas que nos heredaron nuestros antecesores y que no resolvieron en más de 30 años. Pero a un año de gobierno, si tenemos un gran triunfo abismal en la historia de nuestro país: nadie tiene la menor duda que hemos rescatado al Estado que estuvo secuestrado por tantas décadas, y ese es el inicio de la verdadera transformación que tanto anhela y necesita el pueblo salvadoreño.
En el Estado participamos todos: el Gobierno, la población (empresarios, trabajadores, sindicatos, ONGs, políticos, estudiantes, etc.) y el territorio; por lo que todos debemos poner al Estado en función de construir y convertir a un pequeño país en una gran nación, donde prevalezca la justicia, la solidaridad, la equidad y las oportunidades para quienes más lo necesitan.