Por: Redacción El Blog

Es una reunión que parece sacada de una película. Más de una década después de que su hija Cinthya, de 5 años, fuera secuestrada, la madre Kadisha Montanez pudo sostener a su hija en sus brazos nuevamente.

Montanez dijo que Cinthya había sido secuestrada por su padre en 2009 y que su familia nunca volvió a saber de él ni volvió a ver a la niña. En ese momento, Montanez estaba en la cárcel, por lo que dijo que eso hizo las cosas aún más difíciles.

«Todo lo que pude hacer fue llorar», dijo Montanez. «Mi bebé se había ido y fue muy difícil. Estoy tras las rejas, no puedo salir a buscarla», expresó.

No obstante, todo cambió cuando recibió un mensaje de Facebook que nunca olvidará:

«Puede ser una coincidencia o la provincia de Dios… Dime, ¿podría ser tu hija?».

Montanez estaba en shock. Un orfanato en Nicaragua la contactó diciendo que su hija había sido abandonada en sus puertas más de un año antes.

La madre de tres hijos dijo que creía que esto era una estafa. La monja que le envió un mensaje compartió varios detalles personales sobre su hija Cinthya, y en ese momento, Kadisha supo que su hija estaba viva.

Pasó semanas haciendo arreglos con la Embajada de los Estados Unidos en Nicaragua y reuniendo documentos para que Cinthya pudiera volver a casa.

El sábado pasado, la familia de la adolescente se reunió ansiosamente, esperando que ella llegara a los Estados Unidos. La reunión fue más que emotiva.

Kadisha dijo que estaba descorazonada al saber de su hija que durante los primeros seis años después de su desaparición estuvo sin el amor de una familia.

 

Cinthya también le dijo que su padre le mintió al decir que su madre la había abandonado, tratando de asegurarse de que nunca se acercaría al resto de su familia.

«La historia que me contó mi padre fue que mi madre me abandonó y me dijo: ‘No te aman, te odian'», dijo Cinthya Miranda.

Antes de que Cynthia desapareciera, su padre le dijo a Montanez que podía llevársela en cualquier momento.

«Siempre nos decía: ‘Si alguna vez la buscas, la haré desaparecer», dijo.

Cinthya finalmente fue llevada a Nicaragua por su abuela. Después de varios años, se escapó a un orfanato, donde las monjas allí la ayudaron a llegar a la familia con la que ahora se ha reunido.

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San Salvador, El Salvador

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