Tras la flexibilidad de restricciones por la pandemia del coronavirus COVID-19, la economía en los principales países latinoamericanos comienzan a sentir los efectos del desabastecimiento mundial, pues la demanda ha subido pero está no se alcanza a satisfacer.
El Economista apunta que si bien la situación no ha llegado a niveles críticos como en los Estados Unidos de América (EUA), la situación ya es inquietante.
Según El Economista, esto se ha producido porque la flexibilidad en las restricciones ha generado un aumento en la demanda de bienes y servicios y los fabricantes y transportistas no han sido capaces de dar respuesta oportuna ni inmediata.
De acuerdo con el citado medio, especialista en temas de economía, Brasil está resintiendo la problemática con los fertilizantes, y si bien los análisis «no indican una crisis inmediata», el efecto se podría sentir en la cosecha 2021-2022.
Por su parte México está sufriendo los efectos con la escasez de chips semiconductores en la industria automotriz mexicana.
Mientras que en Colombia la escasez hará estragos en el aumento en los precios de varios artículos que tienen un auge en la época navideña. Y en Argentina En Argentina las empresas que están padeciendo falta de insumos son las bodegas, las automotrices, los fabricantes de electrónica, de calzado y de maquinaria agrícola.