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Ocho jugadores de la primera división del fútbol de Brasil y uno de la de Estados Unidos fueron apartados por sus clubes entre martes y miércoles bajo sospecha de amañar partidos en 2022, en un caso que conmociona a la tierra del «jogo bonito».
Los futbolistas separados de las actividades de sus escuadras, la mayoría por tiempo indefinido, habrían participado de un esquema de manipulaciones que daba cuantiosas ganancias a una banda criminal que apostaba en sitios en línea.
Los nombres de ocho de ellos aparecen en conversaciones de apostadores encontradas por fiscales brasileños y reveladas por medios locales este miércoles, y el restante fue indiciado el martes por el ministerio público del estado de Goiás, en el centro de Brasil.
«Soy partidario de la suspensión preventiva basada en sospechas concretas e incluso de la expulsión del deporte en casos probados. Quien comete crímenes no debe formar parte del fútbol», dijo el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ednaldo Rodrigues, en un comunicado.
El ministro de Justicia, Flávio Dino, ordenó a la Policía Federal (PF) abrir una investigación sobre las manipulaciones, que, advirtió, pueden tener «repercusión» internacional.