La vacuna contra el COVID-19 de la Universidad de Oxford contará con una producción, a cargo de AstraZeneca, de 2.000 millones de dosis sin fines de lucro, según las revelaciones más importantes que se realizaron en una audiencia virtual ante el Congreso de los Estados Unidos, en la que participaron ejecutivos de AstraZeneca, Moderna, Johnson & Johnson, Pfizer y Merck.
También Johnson & Johnson se comprometió a presentar al mercado un producto accesible para la mayoría de las naciones y las personas, por lo que aseguran que tendrá un mismo precio global para su vacuna, más allá de las diferencias de ganancias de sus otros productos en distintos territorios.
Tanto AstraZeneca como Johnson & Johnson recibieron fondos del gobierno: $1,200 millones, respectivamente, por 300 millones de dosis y USD 500 millones.
Solo Moderna, la tercera compañía que lo hizo, por un total de USD 536 millones, dijo que no la venderá al costo. Hasta ahora los Estados Unidos dispusieron de casi USD 2.300 millones para el esfuerzo de encontrar una vacuna.
Los principales laboratorios en la búsqueda de la vacuna contra el COVID-19 hicieron un resumen de sus investigaciones y planes en videoconferencia con el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, cuyo Subcomité de Supervisión e Investigaciones preside Diana DeGette, demócrata de Colorado.
Si bien algunos de sus miembros preguntaron reiteradamente sobre la posibilidad de conseguirla antes de que termine 2020, ninguno de los representantes de las compañías farmacéuticas quisieron comprometerse a eso debido a la necesidad de garantizar la seguridad de cualquier forma de inmunización.
Pfizer no aceptó los recursos gubernamentales precisamente para acelerar su investigación, argumentó John Young, director de negocios del laboratorio. “Quisimos tener la capacidad de avanzar hacia los ensayos clínicos de nuestra candidata tan rápido como nos resultara posible”, dijo. “El precio que podremos a nuestra potencial vacuna será acorde a la emergencia global sanitaria que enfrentamos. Una vacuna pierde sentido si la gente no puede pagarla”.