Fotos cortesía Cruz Roja Salvadoreña.
Familias de Puerto Parada, en Usulután, y del cantón La Canoa, San Miguel fueron evacuadas por voluntarios de Cruz Roja Salvadoreñas a diferentes centros de albergue de forma preventiva ante el eminente desbordamiento del Río Grande.
Esta acción se hizo luego de la solicitud de la Dirección General de Protección Civil a las instituciones de las Comisiones Municipales y Departamentales a realizar “Evacuaciones preventivas y tempranas” con el objetivo de salvar vidas.
De acuerdo con el reporte del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) hasta el pasado jueves 4 la Cruz Roja había apoyado en 15 evacuaciones de familiares a diferentes albergues.
Los voluntarios recorrieron las diferentes comunidades para evacuar a las familias que habitan en zonas de alto riesgo a deslizamientos y desbordamientos de ríos que puedan ocasionar pérdidas humanas ante la alerta roja por la tormenta tropical Amanda.
También en La Libertad
La especialidad de Guardavidas en Técnicas de Rescate para Inundaciones (TREPI) ha participado en al menos cinco recuperaciones de personas fallecidas que fueron arrastradas por el río San Antonio, del cantón Tepeagua en el Puerto de La Libertad.
Asimismo, la Unidad de Rescate participó en labores de recuperación de los siete soterrados en el deslave de tierra de Santo Tomás. Hoy fueron recuperados los cuerpos por las instituciones que conforman el Sistema de Protección Civil.
A través del área estratégica de Gestión de Riesgos para Desastres se da respuesta a 475 familias afectadas por las lluvias con 52 paquetes de higiene, 424 colchonetas, 1,353 frazadas y 17 paquetes de alimento.
Para realizar estas distribuciones de ayuda, la CRS realiza la Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades (EDAN) para priorizar la ayuda a las comunidades vulnerables, esto como auxiliar de los poderes públicos y cumplir con la misión de prevenir y aliviar los sufrimientos humanos.
Son 62 seccionales en el país con 2,300 voluntarios quienes trabajan de forma preventiva monitoreando caudales de ríos para alertar a las comunidades ante la vulnerabilidad por las lluvias y la pandemia por el COVID-19.
