Rene Johnson se contagió de COVID-19 y lo ingresaron a la unidad de cuidados intensivos del Centro Médico Católico en Manchester, Inglaterra para tratarlo. Pero no se les permitió a sus cinco hijos entrar a verlo.
A pesar de no poder acompañarlo físicamente, se quedaron vigilando desde un parque al lado del hospital donde podían ver la ventana de la habitación de su padre.
Según 9News, “todos los días, tratamos de hacer algo diferente. Ayer por la mañana, mi hermano y yo fuimos y desayunamos en el parque para tratar de sentirnos cerca de nuestro padre”, dijo la hija de Johnson, Angela Daneault,
Pero el distanciamiento social no sólo dolió en ese momento, sino que también en uno muchísimo más difícil: cuando las enfermeras debieron notificar la muerte de Rene a sus hijos. Lo hicieron con una nota a través de la ventana. “Está en paz” y “Lo sentimos mucho”, escribieron. No había más opción.
“Le dijimos a todos nuestros pacientes cuánto los amamos y que estamos aquí para ayudarlos”, dijo la enfermera Kaitlyn Kerrigan. El amable gesto conmovió tanto a la familia de Johnson que decidieron continuar su vigilia afuera.
Dicen que quieren ayudar a elevar la moral de las enfermeras que cuidaron a su padre moribundo y al mismo tiempo ayudar a otros pacientes dentro del hospital.
“Realmente quiero que esto sea sobre las enfermeras. Simplemente fueron más allá”, dijo el hijo de Johnson, Kevin.
La presencia de la familia afuera se ha convertido en un punto de interés para el personal del hospital. “Todos venían a su turno y decían: ‘¿Está la familia allá afuera?’ Y todos iban a la ventana y saludaban”, dijo la enfermera Lynn Harkin