Enero es conocido como el mes con más divorcios, debido al estrés de fin de año, problemas financieros o personales, y el deseo de comenzar de nuevo.
Según expertos, las festividades pueden amplificar problemas previos y llevar a decisiones definitivas tras años de frustración o metas divergentes.
Recomiendan enfrentar este proceso con cautela: escuchar las emociones para tomar decisiones conscientes, priorizar el bienestar de los hijos durante la transición, y evitar cambios drásticos en momentos emocionales intensos, para prevenir arrepentimientos o estrés adicional.
Un estudio de la Clinical Psychology Review respalda que emociones fuertes pueden llevar a decisiones impulsivas.