Investigadores de la empresa AstraZeneca y de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos probaron un fármaco que inhibe una proteína que genera la respuesta inflamatoria en pacientes con enfermedad respiratoria grave causada por el COVID-19.
Se trata de la tirosina quinasa de Bruton (BTK), la cual es fundamental en la llamada «tormenta de citoquinas», responsable de agravar a pacientes de coronavirus.
Los científicos utilizaron el acalabrutinib, medicamento inhibidor selectivo de BTK y usado para algunos tipos de cáncer hematológicos, en un reducido grupo de 19 pacientes de COVID-19 hospitalizados (11 con oxígeno suplementario; 8 con ventilación mecánica).
Según la compañía, “los resultados mostraron que acalabrutinib redujo los marcadores de inflamación y mejoró los resultados clínicos de pacientes con enfermedad grave por COVID-19”.
Los resultados fueron satisfactorios en este grupo de pacientes ya que muestran que aplicando dicho fármaco entre 10 a 14 días, se logró mejorar la oxigenación en la mayoría de los pacientes, a menudo entre 1 a 3 días, y no tuvo toxicidad importante.
Al final del tratamiento, ocho de los 11 pacientes que necesitaban oxigenación dejaron el soporte externo, mientras que cuatro de los ocho en ventilación mecánica fueron extubados con éxito. Debido a que el grupo en que se utilizó este medicamento es pequeño estadísticamente, debe probarse en un número mayor de pacientes para determinar si los resultados son repliclables.
Detectan una proteína clave responsable de los casos graves de COVID-19 https://t.co/OLdKcnMiEx
— El Comercio (@elcomercio_peru) June 11, 2020
“Estos resultados sugieren que atacar la inflamación excesiva con un inhibidor de BTK es una estrategia terapéutica válida en COVID-19 grave y ha llevado a un ensayo clínico aleatorizado prospectivo confirmatorio”, concluyen los investigadores.
“Los datos preliminares son alentadores en esta serie de casos. Esperamos completar el reclutamiento [para el ensayo clínico] y obtener datos en estos ensayos lo antes posible para ampliar nuestra comprensión de lo que este posible tratamiento podría significar para los pacientes”, dijo José Baselga, vicepresidente ejecutivo de I + D en oncología de AstraZeneca en un comunicado.
El acalabrutinib, cuyo nombre comercial es Calquence no está aprobado actualmente en ningún país para tratar pacientes con enfermedades relacionadas con el SARS-CoV-2, virus que causa el COVID-19.