Las inundaciones en el oeste de Alemania, que han costado la vida al menos a 106 personas y la desaparición de 1.300, han provocado cortes de carreteras, vías férreas y en algunas zonas en el servicio eléctrico, así como un colapso en las redes de telefonía móvil, lo que dificulta la búsqueda de desaparecidos.
Ante ello, las autoridades locales han comunicado que varias casas en Erftstadt-Blessem, cerca de Colonia, se han derrumbado causando varios fallecidos, sin que se haya precisado cuántos por el momento.
«Hay víctimas mortales», ha declarado este viernes a medios locales una portavoz del distrito, y que tiene dañadas importantes infraestructuras, entre ellas varios hospitales. La situación es desbordante y se extiende de Bélgica a Luxemburgo, pasando por Países Bajos, Francia y Suiza.
Europa central está en alerta a la espera que las fuertes lluvias cesen para así comenzar a calibrar daños. Solo en Alemania, cerca de 165.000 personas han estado temporalmente sin electricidad. En Bélgica, donde están sufriendo fundamentalmente el este y sur del país, las lluvias torrenciales se han cobrado ya al menos una veintena de víctimas mortales y hay, al menos, cuatro desaparecidos.
Además, ha obligado a evacuar a «miles de personas», según el Gobierno belga, y deja grandes destrozos, especialmente en la región sur de Valonia, cuyo Gobierno va a declarar el estado de desastre natural, al igual que han hecho en los vecinos Luxemburgo y Países Bajos.