Por: Agencias
13 diciembre, 2024

Comer mucho pescado, aceite de oliva y nueces, limitando el consumo de patatas fritas, galletas y mayonesa, puede retrasar el crecimiento del cáncer de próstata en sus primeras etapas, según un estudio.

Una nueva investigación sugiere que cambios dietéticos simples pueden ayudar a reducir el crecimiento de células de cáncer de próstata en pacientes sometidos a vigilancia activa.

Se trata de un enfoque de tratamiento que implica un seguimiento regular del cáncer sin intervención inmediata.

Los hallazgos muestran que una dieta baja en ácidos grasos omega-6 pero alta en ácidos grasos omega-3, combinada con suplementos de aceite de pescado, redujo significativamente la tasa de crecimiento de las células de cáncer de próstata en hombres con enfermedad en etapa temprana.

Y podría extender el tiempo antes de que sea necesario un tratamiento más agresivo, dijeron los científicos.

Muchos hombres con cáncer de próstata de bajo riesgo eligen la vigilancia activa en lugar del tratamiento inmediato.

Sin embargo, al cabo de cinco años, aproximadamente la mitad necesitará eventualmente someterse a terapia con cirugía o radiación.

Debido a esto, los pacientes están ansiosos por encontrar formas de retrasar la necesidad del tratamiento, incluso mediante cambios en la dieta o suplementos.

Los investigadores realizaron un ensayo con 100 hombres con riesgo bajo o intermedio favorable de cáncer de próstata que eligieron la vigilancia activa.

Los participantes fueron asignados aleatoriamente para continuar con su dieta normal o seguir una dieta baja en omega-6 y alta en omega-3, suplementada con aceite de pescado, durante un año.

A este grupo se le dio asesoramiento sobre alternativas más saludables y bajas en grasas a los alimentos con alto contenido de grasas o calorías, como usar aceite de oliva o limón y vinagre para aderezar las ensaladas y tratar de comer más pescado y frutos secos.

También se les recomendó reducir la ingesta de alimentos con mayor contenido de omega-6, como patatas fritas, galletas, mayonesa y otros alimentos fritos o procesados.

A estos participantes también se les dieron cápsulas de aceite de pescado para aumentar aún más su ingesta de omega-3, mientras que el otro grupo no recibió ningún asesoramiento dietético ni tomó tabletas de aceite de pescado.

Los investigadores rastrearon los cambios en un biomarcador llamado índice Ki-67, que indica qué tan rápido se multiplican las células cancerosas, un predictor clave de la progresión del cáncer, la metástasis y la supervivencia.

El análisis mostró que después de un año, el grupo con una dieta baja en omega-6, rica en omega-3 y aceite de pescado tuvo una disminución del 15 por ciento en el índice Ki-67, mientras que el grupo de control vio un aumento del 24 por ciento.

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San Salvador, El Salvador

Redacción

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