El toque de queda en París y ocho grandes ciudades francesas, Lyon, Lille, Toulouse, Montpellier, Saint-Etienne, Aix-Marseille, Rouen y Grenoble, dejó desoladas sus calles, una situación de calma poco común.
Esta medida tiene como finalidad mostrar resistencia contra la segunda oleada de covid-19 que se registra en el país europeo.
Un aproximado de 70% de los 20 millones de franceses afectados por la pandemia afirman estar dispuestos a cumplir el toque de queda de cuatro semanas, que podrían prorrogarse hasta seis, aunque una minoría se niega a cumplir con la restricción.
En París el toque de queda se aplicó de forma rigurosa y mayores inconvenientes desde las 9:00 de la noche del sábado hasta las 6:00 de la mañana de este domingo. Pero hubo un conato de manifestación de protesta minoritaria en el corazón histórico de la capital.
Los Campos Elíseos mostraban a última hora de la noche de ayer panorámicas desoladoras, mientras que en Marsella, segunda o tercera ciudad de Francia, hubo un conato de manifestación pero fue rápidamente desalojada sin problemas.