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De acuerdo a cifras oficiales de Brasil, el número de decesos por COVID-19 rebasó este jueves a los 250.000, es la segunda mayor cifra a nivel mundial por el mismo motivo por el que no se ha podido controlar la segunda ola del virus en el país.
Desde el inicio de la pandemia, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro le restó importancia al virus, calificándolo de “gripita”, y criticó a los mandatarios locales que impusieron restricciones a las actividades. Dijo que la economía debía mantenerse activa para prevenir mayores adversidades, destacan medios locales.
Asimismo, se ha notificado que dicha asistencia no fue anunciada como una manera para mantener a la gente en casa. Y los brasileños andan por ahí mientras se inicia una campaña de vacunación que ha avanzado más lento de lo previsto.
En cada una de las últimas cinco semanas en Brasil se han promediado más de 1.000 decesos diarios en el país. Los datos oficiales confirmaron el jueves un total de 251.498 decesos.
Mientras tanto en el estado de Amazonas, donde los hospitales de la capital Manaos se quedaron sin oxígeno el mes pasado, se han registrado más de 5.000 decesos en los primeros dos meses del año, prácticamente el mismo número que en todo 2020.
