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Una joven de 25 años falleció el pasado 10 de febrero en el hospital Oswaldo Padilla, de la comunidad de Waspán, ubicado en la zona costera de Nicaragua.

Medios locales que dieron cobertura al funeral, dos días después, el cuerpo de la joven María Isabel López Francis fue enterrado en el cementerio local, en medio del dolor de sus familiares, amigos y conocidos.

Sin embargo, tan solo tres días después la familia recibió una llamada de un desconocido asegurando que la joven estaba «viva» y que debían sacar su cuerpo de la tumba.

Posteriormente y tras obedecer la predicción, la familia la sacó y comenzó a rezar para poder «revivirla», argumentando que su cuerpo no estaba en estado de descomposición.

“El cuerpo estaba «calentito, sudado y en sus ojos había lágrimas», es lo que expresó un familiar que buscaba un milagro para regresar con vida a la joven.

Tras cinco días rezando, la familia paterna de María comenzó a sentir malos olores en el cuerpo, por lo que llamaron a un médico forense, quien les repitió que ya no tenía signos vitales.

Tras la insistencia, no se conformaron con el informe médico y pidieron la opinión de un chaman (brujo) de la zona, quien coincidió con los médicos.

Pero toda esta trama llegó a su fin luego que el 20 de febrero la familia, ya resignada, colocaron nuevamente el cuerpo de María en su ataúd y la enterraron en el mismo lugar de donde la habían sacado.

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San Salvador, El Salvador

Redacción

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