Las autoridades de salud españolas están preocupadas debido a que en las últimas cuatro semana el ritmo de contagios ha crecido en España. En el tablero europeo, España ocupa ahora el quinto puesto por incidencia del coronavirus, por detrás de Luxemburgo, Rumania, Bulgaria y Suecia.
De acuerdo con el periódico El País, los últimos datos del Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC), de 25 de julio, España tiene 39,4 casos por 100.000 habitantes (en incidencia acumulada a 14 días; según el dato de Sanidad del viernes 24 son 37,9). El Reino Unido, que el domingo decretó la cuarentena forzosa para todo aquel que regrese de España, dando con ello la puntilla a la temporada turística en nuestro país, está en 14,7 (2,6 veces menos). La situación británica es similar a la de Francia (14,6) y, si nos comparamos con Alemania, España multiplica por cinco su tasa de contagios (7,7).
Los vecinos de la Unión Europea se miran en el espejo de España porque, aunque están en mejor situación, la mayoría ha visto en las últimas semanas cómo sus casos aumentan y se detectan cada vez más brotes en su territorio.
Actualmente, los países se debaten entre la apertura de sus economías y la imposición de nuevas restricciones, en un delicado equilibrio que empieza a derivar en miedo a una segunda ola.
Bélgica anunció esta semana nuevas restricciones al comprobar que los contagios aumentan (21,2 casos por 100.000 habitantes): la mascarilla será obligatoria en más sitios, como en calles concurridas y mercados al aire libre, y quienes vuelvan de vacaciones deberán notificarlo a las autoridades 48 horas antes.
La curva también es ascendente en Francia, que el viernes informó de 1.130 casos nuevos. El Instituto Robert Koch alemán notificó esta semana un salto en el número diario de contagios: de unos 500 nuevos a más de 800. Como en España, los brotes allí se explican en su mayoría por celebraciones y actividades de ocio, aunque también han sufrido grandes brotes laborales y alguno hospitalario y en residencias de mayores.
Portugal, que en su día fue ejemplo por cómo había gestionado la primera ola de la pandemia, está ahora en situación parecida a España, con una incidencia acumulada (39 casos por 100.000) casi idéntica. Ya hace unos días que el Reino Unido la incluyó en su lista negra de destinos poco seguros, esa en la que ahora también figura España.