El pasado domingo, el reo José Arnoldo Ramos Hernández, de 26 años, burló los protocolos de seguridad del penal de Apanteos, en Santa Ana, y escapó tranquilamente por la puerta principal de la prisión.
Ramos Hernández, alias “Campero”, no tuvo que ingeniar un plan maestro con meses de preparación para poder obtener su libertad, solamente aprovechó un momento de descuido de los guardias y atravesó el portón hacia su liberación.
De acuerdo con información de la Dirección General de Centros Penales (DGCP), “Campero” fue condenado en 2014 a 30 años de prisión por una serie de delitos que incluyen robo agravado, homicidio y violación.
Dentro del penal se había integrado al programa “Yo Cambio” y debido a su dedicación y entusiasmo fue nombrado coordinador de un programa de aprendizaje de cocina para los internos.
Fue esa condición de “coordinador” la que le permitía tener más atribuciones que otros internos, y lo aprovechó para alcanzar su huida.
El día de su fuga, “Campero” se valió de la falta de agua potable dentro del penal para salir del área restringida con la excusa de obtener el vital líquido para poder cocinar. El reo llegó hasta un chorro que se ubica cerca del portón principal para llenar un recipiente. En ese momento, el portón estaba abierto porque era la hora de la entrada de un camión de alimentos y, escabulléndose, logró salir del recinto.
El director de Centros Penales, Marco Tulio Lima, afirmó este miércoles que ya se nombró una comisión especial para estudiar la seguridad de dicho penal.
“Ya nombramos una comisión para que haga una evaluación del sistema de seguridad del centro para corregir todas las disfuncionalidades que pudieron haber fallado producto de esa fuga. Hay sanciones disciplinarias en nuestro reglamento de diferentes tipos”, dijo Lima.
Reiterando que la principal causa del escape del reo fue la «negligencia» del personal de seguridad del penal.
