Archie Wilks ha dado una gran batalla a su corta edad. El pequeño de 4 años, diagnosticado con un tipo de cáncer infantil, también se contagió del nuevo coronavirus. Sin embargo, sus esfuerzos fueron más grande que el COVID-19 y superó esta enfermedad.
No obstante, no fue nada fácil para él y su familia. Sintieron que el mundo se les venía encima por segunda vez al recibir este diagnóstico, cuando ya batallaban contra la neuroblastoma que le encontraron en enero de 2019.
La familia del pequeño hizo todo su esfuerzo para aislarse cuando comenzó la pandemia por el nuevo coronavirus y aparecían los primeros contagiados en Reino Unido. Todo esto ocurría mientras el chiquillo debía someterse a sus tratamientos de quimioterapia. Pero la cuarentena fue insuficiente.
“Solo tuvimos una visita de la enfermera de la comunidad un par de veces y algunos viajes a la unidad de día donde nos mantuvimos alejados de todo lo que pudimos y nos quedamos afuera para alejarnos de la sala de espera”, contó su padre Simon Wilks, a Metro.
«Pero a pesar de todos los esfuerzos, aparentemente Archie seguía siendo el primer paciente de oncología infantil en dar positivo en Addenbrooke y potencialmente en el Reino Unido.
Posteriormente, el pequeño ya presentaba síntomas y sus padres terminaron de quedar desbastados cuando recibieron el resultado del test que terminó de confirmar lo que tanto temían. Presentó fiebre cuando se encontraba en el Hospital de Addenbrooke, en Cambridge, después de comenzar un curso de tratamientos contra el cáncer. Fue trasladado a una sala de coronavirus donde lo diagnosticaron.
«Fue aterrador ser trasladado a la sala de coronavirus ya que no teníamos información real sobre cómo un niño en su posición podría hacer frente al virus», dijo su padre.
Desde ese momento Simon pasó 6 días en una habitación especial para pacientes con COVID-19 junto a su pequeño hijo. Cuando mejoraron sus síntomas pudo regresar a su casa para terminar de aislarse junto a su familia. Sin embargo, el pequeño también llegó a necesitar oxígeno durante su tratamiento y estaba realmente cansado.
Pero después de los días difíciles Archie superó la enfermedad. Su familia no pudo estar más orgullosa de mostrarlo en redes sociales, cuando informaron que el chiquillo ya no tenía síntomas ni necesitaba oxígeno.
Sus padres sienten que al tomar las precauciones temprano evitaron un escenario peor para él y las personas a su alrededor. También les alegra que el testimonio de Archie al superar el COVID-19 con su delicada salud sea un aliento para otros padres con hijos en esta condición.

