Fotos de redes sociales.
Una joven de 22 años publicó en sus redes sociales lo que había pasado, momentos antes de morir. Amigos y familiares agradecieron su suerte, pero sólo durante unos pocos días, porque pronto todo se volvió tragedia. Fue una semana que su familia describe como «una verdadera pesadilla».
Se trata de Daiana Ayelén Noemí Castillo, quien trabajaba en un puesto de ropa de bebés en Villa Centenario, Argentina. Durante el confinamiento por la pandemia de coronavirus, la tienda permanecía cerrada y, para vender, usaban redes sociales con servicio a domicilio.
El pasado domingo 7 de junio, Daiana, junto con su amiga Marilú empaquetaron ropa hasta la 1:30 la madrugada.
Luego, un amigo pasó por ellas y decidieron romper la cuarentena para ir a la casa de otro. Estuvieron ahí hasta las cuatro. Después, regresaron a casa. Pero antes de llegar fueron víctimas de un robo brutal que posteriormente fue contado por Daiana en sus redes sociales.
Sin embargo, tras no recibir atención médica adecuada, la condición de la joven empeoró y en cuestión de días falleció.

En la misma moto iban Franco Leguizamón, Marilú Ortega y Daiana, en ese orden. En el trayecto, un auto se les atravesó. Franco logró esquivarlos pero la segunda vez perdió el control y cayeron todos a la calle.
«Íbamos en la moto con mi amigo, yo en el medio y ella atrás. ‘Subí’, le dije; ‘no, andá vos en el medio que sos más chiquita’, me respondió. Nos reímos, no sabía que me iba salvar la vida», relató Marilú en su Facebook.
La joven también relató que «Después vino un Fox gris claro que nos chocó por atrás. Dai voló contra el cordón, yo en el asfalto en el medio y mi amigo del otro lado. Sentí cómo me rebotó la cabeza en el piso. Abrí mis ojos y lo estaban apuntando a Franco, me paré y me saqué el casco. Se me vino uno encima apuntándome, cuando miré al costado Dai estaba tirada en el piso, el auto dio marcha atrás y la pisó».

Daiana, que estuvo consciente en todo momento, fue trasladada al Hospital Gandulfo, donde la encontró Alicia Cáceres, su mamá, quien cuenta que estaba “más muerta que viva” en una camilla en los pasillos del hospital. “Nadie la atendía. Tuve que pelear con todo el mundo”, recordó la mujer.
Después de recibir el alta, Daiana parecía estar en buen estado de salud, pero con las horas fue empeorando. El martes, como su hija gritaba por el dolor, Alicia decidió llevarla de nuevo al hospital, donde debió ser operada.
Tras varias intervenciones, Daiana sufrió tres paros cardíacos y murió el miércoles. “Yo estaba en la sala de espera y nadie me avisó nada, nos trataron muy mal, me la mataron en ese lugar. La trataron peor que a un animal”, dijo la madre.